miércoles, 4 de febrero de 2009

LOS PIONEROS

En esta mañana, que ha amanecido fría, lluviosa y desapacible, el Google se me abre con este sugerente pensamiento de Stevenson: “No pido riqueza, ni esperanza, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es un cielo sobre mí y un camino bajo mis pies”. Pues vamos a ello, a reemprender una vez más nuestro camino, abriéndonos paso por la intrincada gnoseología de Sigmund Freud.

Empezaré hoy retomando el concepto de Inconsciente con unos versos de Wordsworth: “En mi mente hay cavernas / a las que el sol nunca podrá llegar”. El Inconsciente en su doble aspecto: como dimensión de la Personalidad, y como dinamismo intrínseco determinante de comportamientos.

A partir de este descubrimiento, Freud dedica toda su vida a elaborar un sistema operacional de pensamiento psicológico y antropológico, que se vino a etiquetar con el nombre de Psicoanálisis.

Y este nombre, este significante conceptual, Psicoanálisis, recubre y engloba tres significados :



1º Es (llega a ser) una teoría completa de la Psique y de la Personalidad.

2º Es un método de investigación del psiquismo, sobretodo en su dimensión inconsciente, aplicable desde la medicina, la pedagogía, la historia, la religión, el arte...

El término investigación adquiere aquí su pleno significado etimológico de “ir tras los vestigios”, porque el Inconsciente sólo puede ser conocido por sus vestigios, por sus huellas, por sus rastros..., nunca por sí mismo ya que, por definición, es “lo inconsciente”, lo desconocido.

3º Es también el Psicoanálisis un conjunto sistemático y táctico de técnicas terapéuticas, psicoterapéuticas.

Diré que Freud utilizó por primera vez este término de Psicoanálisis en la francesa Révue Neurologìque, en un artículo titulado Herencia y etiología de las neurosis, en el que por primera vez expone su teoría inicial de la seducción infantil, de la que más tarde se desdijo. Este artículo data de 1896, y sin embargo, en su conferencia ante el Colegio de Médicos de Viena de 1904, publicado con el título de “Sobre Psicoterapia”, afirmó que a este método, que él está exponiendo, el Dr. Breuer lo denominaba “catártico”, pero que él lo prefiere llamar “analítico”. Todavía el término Psicoanálisis no está decisivamente introducido.

Para seguir estudiando, investigando, elaborando, contrastando y expandiendo este inicial embrión del Psicoanálisis, Freud reúne a su alrededor a un grupo escogido de personas, sobretodo de médicos, de Viena, Max Kahane, Rudolf Reitler, Alfred Adler, también a Stekel, después a Otto Rank, a Ferenci, a Ernest Jones, a Jung... Y lo que empezó llamándose la Sociedad Psicológica de los Miércoles se convirtió en 1908 en Sociedad Psicoanalítica de Viena, modelo de otras sociedades análogas en todo el mundo, y de la que después fue la Sociedad Psicoanalítica Internacional.


Añado a estas reflexiones un texto de Karl A. Menniger de su libro, escrito en colaboración con Philips S. Holzman, Teoría de la técnica psicoanalítica. Considera que históricamente se entendía por Psicoanálisis “una modalidad o técnica destinada a tener acceso al contenido inconsciente de la mente”. Y explica que en este sentido es comparable con la disección que hacen los médicos, o con la exploración visceral dentro de un ser humano vivo. Piensa que a raíz de tales observaciones se acumuló un conglomerado de conocimientos basados en los datos obtenidos por este método, y en este sentido cree que el Psicoanálisis puede considerarse equivalente a la anatomía o la histología. Ampliando estos conocimientos iniciales, se fue desarrollando un sistema de hipótesis para describir todo el funcionamiento psicológico, de lo que nació, piensa Menniger, una “ciencia de la personología” en la que él encuentra semejanzas con la fisiología. De aquí se llegó a lo que la mayoría de la gente piensa cuando se emplea la palabra Psicoanálisis: “una técnica destinada a tratar a determinados pacientes de una determinada manera”. El Psicoanálisis entra así dentro del ámbito de la Psicoterapia, en cuanto que es “el tratamiento formal de los pacientes por medios psicológicos y no con agentes físicos ni químicos: es decir, principalmente a través de la comunicación verbal”. Este es el texto de Menniger que viene a incidir sobre el triple ámbito conceptual que se abarca bajo el término de Psicoanálisis.

A partir de este descubrimiento, cuyas circunstancias se rememoraron en la lección anterior, Freud dedica toda su vida a elaborar un sistema operacional de pensamiento psicológico y antropológico, que se vino a etiquetar con el nombre de Psicoanálisis.


Para seguir estudiando, investigando, elaborando, contrastando y expandiendo este inicial embrión del Psicoanálisis, Freud reúne a su alrededor a un grupo escogido de personas, sobretodo de médicos, de Viena, Max Kahane, Rudolf Reitler, Alfred Adler...también a Stekel, después a Otto Rank, a Ferenci, a Ernest Jones, a Jung...Y lo que empezó llamándose la Sociedad Psicológica de los Miércoles se convirtió en 1908 en Sociedad Psicoanalítica de Viena, modelo de otras sociedades análogas en todo el mundo, y de la que después fue la Sociedad Psicoanalítica Internacional.

A modo de anécdota diré que en la primera sesión se trató sobre la psicología del fumador y que Stekel describió esas, por él llamadas “inspiradoras”, primeras sesiones de los miércoles con estas palabras: “Éramos como los pioneros en una tierra recién descubierta, y Freud era el líder. Parecía que saltaban chispas de una mente a otra. Cada noche experimentábamos como una revelación”.

1 comentario:

  1. … A pesar de que Freud dedicó toda su vida a elaborar “Un sistema operacional de pensamiento psicológico y antropológico” –como nos explicas-, el Psicoanálisis ha sido rechazado por otras escuelas de la psicología y sus detractores lo han criticado por “no ser científico” –según arguyen-. De la misma manera que encontramos profesionales de la psiquiatría que reducen el ser humano a un ente químico. “Yo soñaba con clasificar mariposas” –que diría Dulce María Loynaz-. En fin, qué se le va a hacer.

    Querido Fernando, después de mañanas frías, lluviosas y desapacibles como la que comentas en tu entrada, en el cielo de Madrid comienza a dibujarse un rayón de sol: esa luz intensa que, después del gris, aparece fulgurante transformando y transfigurándolo todo…/… Decirte –también- que llevo toda la semana con esa preciosa cita tintineando en mi interior. Me refiero a la de Stevenson… al cielo sobre nosotros y al camino bajo nuestros pies, ese camino que cada cual ha de construir con sus pasos del alma hasta Itaca. Por asociación de ideas, esta cita me conecta directamente con un marcador de páginas que me gusta especialmente entre los “tropecientos” que guardo al calor de los libros. Contiene la foto de una niña latina de unos diez años. Aparece con la mirada penetrante y el rostro –entristecido- embriagado de una dignidad sobrecogedora. De esos rostros que miran serenos y de frente la realidad que tienen ante sus ojos. La mirada de la niña del marcador de páginas encierra una lección de esas que me llevan las alas al terruño; una lección que salvaguarda algo que encuentro generalmente en la gente Latino-americana: esa madurez que penetra en cada recodo de la personalidad de aquel que desde muy pequeño ha comprendido y asimilado el significado de la palabra Responsabilidad. Llevo siempre presente en mi interior la fortaleza de su mirada. Propicio a esta mirada -en la parte superior de la foto- aparece un mensaje que la niña misma pareciese estar gritando más allá del silencioso papel:

    “CAMINA… Ahí está el mundo. ¡Vívelo!”

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